jueves, 5 de septiembre de 2013

Publicidad o Propaganda, el bombardeo que no cesa (1ª cuña)

W.R.Bion situaba la "publicación" (public-action) en la mente como una función del pensamiento que tiene por objeto traducir la información sensual que hacemos consciente, de forma que pueda hacer público, algo que es privado para el individuo. Se trata, por lo tanto, de una información que ha sido transformada en acción y publicitada como un elemento de interacción con los demás.

Publicidad o propaganda son utilizadas indistintamente en el lenguaje coloquial, aunque sus orígenes etimológicos sean divergentes, como mostraré más adelante. Cadena metonímica ésta que quizá encuentra su razón de ser en que una deriva en la otra o buscan complementarse. Al fin y al cabo, lo publicitado aspira a ser propagado. Un ejemplo similar podríamos hallarlo en el uso que se hace de la palabra psicología o psiquiatría indistintamente, para referirse a los temas mentales.

La populosa comunidad internauta de la parte terrícola que debiera denominarse "Los Estados Asociados a la Ley del Mercado", publica a diario sus cosas personales en las redes sociales con el fin de propagarlas entre sus amigos, familiares o allegados, e incluso cuelgan algunos vídeos o imágenes para que puedan ser vistas por todos, de forma indiscriminada.  Publicidad con intención propagandística que la gente cuelga en la pared-pantalla de esa virtual casa común llamada "WWW" (World Wilde Web), donde todos fisgonean y/o son fisgoneados, a la guisa de un casi infinito club de voyeurs.

Si os fijáis bien os he colado un gazapo en la palabra inglesa "wilde" (salvaje), en lugar de "wide" (ancho, amplio, completo..) A esa acción mía se la llama propaganda, mi propaganda ideológica en contra de los abusos y el espionaje malintencionado que se está produciendo en la red.

Como propaganda era todo lo que se difundió sobre Irak para justificar el ataque al país y derrocamiento de su presidente. ¿Por qué no oímos  ahora propaganda sobre el coste en vidas humanas y destrucción masiva de su economía y  recursos? ¿No estamos ahora ante una propaganda similar con Siria? ¿Han de convencernos de que unas pocas naciones del orbe capitalista deben adueñarse del mundo entero y sus riquezas? ¿No han conseguido inventar aún algún psicofármaco que anule cualquier atisbo de remordimiento o sentimiento de culpa? ¿No hay aún suficiente nanotecnología para fabricarse una conciencia a medida, como un traje en el que resbale todo?

Tras un corte de estilo lacaniano, os recordaré que publicidad proviene del latín "publicare" (hacer pública alguna cosa, darla a conocer). Si además le otorgamos a su contenido el atributo de "anuncio", nos acercamos a una especie de epifanía donde se nos revela la "Anuncia-ción" de María, la verdad revelada.

Si posees el objeto anunciado, te dotas de sus cualidades. El objeto conlleva un aporte de identidad que te crea un lugar en la Gran Comunidad de Consumidores, sin que tengas que esforzarte en luchar para conseguir lo que en tí es singular, proceso siempre costoso y doloroso. Te ubica en un lugar envidiado por los que no lo poseen.  En un periquete puedes pasar a ser el Sr.Ferrero Rocher, Sr.John Smith Air, Sr.Rolex Gold o señorita Evax Fina Segura.

Los mejores anuncios publicitarios son aquellos que a la par que venden un determinado producto, consiguen hacer propaganda de algún rasgo social ya implementado en nuestra sociedad.  Como muestra un espot publicitario que ví recientemente donde una azafata increpaba a un ¿padre? sobre los destrozos que su niñito Emperador había causado en los aseos del avión.
Éste, como respuesta, "castigaba" al repelente mocoso con un determinado refresco, de apellido inglés, al que cambiándole la "u" por la "o", pasaría de "sol-eado" a "hijo-ado".  Por lo que todo ello traducido quedaría en: adoro a mi "hijo-Sol".  Un refresco orientado a niñatos preadolescentes en familias-pandilla, que suelen actuar como delincuentes en los espacios públicos, dejándolos hechos unos zorros. El líder de la pandilla ha sustituido al Padre y, una boca arriba y otra abajo, al sujeto.  Te puedes encontrar con la paradoja de que tras denunciar en un noticiero los comportamientos incívicos de muchos ciudadanos, la primera publicidad que aparezca sea este anuncio donde se hace propaganda del gamberrismo.  ¿No estaremos todos locos?

Compro tal marca, luego soy alguien (2ª cuña)

Francesco Alberoni, sociólogo italiano que se enamoró en su juventud del psicoanálisis, no sólo escribió sobre el amor y el enamoramiento, sino que dedicó algunos millones de neuronas a pensar sobre publicidad/propaganda y muchos otros temas de sumo interés.
Nos viene a decir que la propaganda es la comunicación más frecuente entre los partidos políticos, donde lo que se pretende es desprestigiar al contrario, sembrando todo tipo de mentiras o difamaciones.

Alberoni quiso dejar muy claro que la motivación a la que se dirige la publicidad debe ser muy distinta de la que se esconde en la propaganda, movida mayoritariamente por la envidia e inquina que se le tiene al adversario.
La publicidad busca vender su producto y, sobre todo, trata de convencernos de que lo necesitamos, prometiéndonos subrepticiamente un plus de identidad e inclusión social. Tanto es así que casi nadie es capaz de imaginarse a sí mismo en esta sociedad sin poseer un teléfono móvil (celular) y demás gadgets que nos brinda el World Wide Market. Nos dejó muy claro también el autor que no se deben  traspolar los campos motivacionales, pues lo que te sirve como incentivo en la compra de un producto, no tiene porque valer para un "producto" ideológico o político.

A este respecto nos explica una anécdota muy jocosa y aleccionadora que sobrevino cuando el Dr.Dichter, un reputado investigador de las áreas motivacionales, fue invitado por la Democracia Cristiana italiana, con el objetivo de que  diseñase su campaña para las elecciones en ciernes.
Dichter les sugirió una frase positiva que consistía en destacar un aspecto reseñable de su joven Partido, como podrían ser los años que ya tenía de antigüedad: "La Democracia Cristiana ha cumplido ya 20 años".
Sin embargo, los comunistas italianos consiguieron girar lo positivo del reclamo a su favor inscribiendo sobre sus carteles el siguiente anuncio: " Sí, y por eso nos la vamos a follar".

Unos quieren vender como sea, otros desbancar al contrario, casi todos persiguen fines materialistas y espúreos, donde una vez más, lo que menos importa es que sus contenidos se aproximen o no a la verdad.
Publicidad y propaganda que sostienen y alimentan el Sistema y del que nadie se escapa, salvo mientras dormimos y soñamos que otro mundo mejor es posible.