sábado, 14 de julio de 2012

Ramón Meseguer Albiac: su vida fue un continuo "zapateao"

Vino al mundo en Quinto de Ebro, un pueblecito de la provincia de Zaragoza, en esa vetusta Corona de Aragón, vientre paridor de prohombres, destinados a abandonarla, pues sus pechos carecen de suficientes nutrientes. El alma de Ramón declinaba hacia el sur, como las garzas vuelan hacia el repiqueo de las castañuelas, pero su avidez epistemofílica le llevó hacia el norte, hasta Barcelona, donde instaló el nido y aún más al norte, para redondear su formación.

En una entrevista que le hizo J. Félix Machuca para el ABC de Sevilla en septiembre de 2.006, Ramón hablaba del estudio psicoanalítico que estaba haciendo sobre el flamenco.
"El duende del flamenco es superior, en estado de trance, en calidad y profundidad, a otros folclores"
Este "Maimónides" del S.XXI que era Ramón, nos deja una amplia y cualificada obra poética y numerosos trabajos clínicos, que merecen su publicación y un mayor estudio en profundidad.

Fue discípulo de Theodor Adorno en Frankfurt, donde se doctoró en filosofía, con un dominio perfecto del alemán, ese idioma tan querido por psicoanalistas y filósofos.
En una de sus numerosas conferencias afirmaba que el psicoanálisis sólo podía despertar una gran fascinación o un profundo rechazo, ya que Sigmund Freud, junto con Copérnico y Charles Darwin, fueron los tres grandes genios que habían infringido una profunda herida narcisista a la Humanidad: Copérnico demostrándonos que no éramos el centro del Universo (esa herida ha sido soportable), Darwin mostrándonos que somos producto de una evolución (herida que sigue en carne viva, a manos de "evolucionistas" y "creacionistas", sobre todo en los Estados Unidos. Finalmente Freud demostrándonos que nuestro auténtico self está hecho de "materiales" que nos son desconocidos y que, por lo tanto, no siempre somos aquello que decimos ser desde nuestro yo consciente ( nuestra sociedad actual de la mediocridad globalizada, funciona "como si" no existiese  el inconsciente ni el psicoanálisis)

Todos recordamos su omnipresente entusiasmo y un inmenso salero para explicar los chistes: ¿sabéis aquel de un andaluz que le pregunta a otro si sabe qué es lo que se ve desde el edificio más alto de Toronto?
Pues no caigo. "Torontoentero". Para que los lectores allende la península ibérica puedan comprender en qué consiste la gracia del chiste, debo aclararles que debieran conocer una canción de flamenco moderno que hizo muy famosa un tal Manolo Escobar, cuyo estribillo era.. "porom pon pom, +porom-pon-pero+, pero". Si se fijan, las palabras comprendidas entre el signo "más", se aproximan cacofónicamente a "Torontontero", que, a su vez, requiere la asimilación de Toronto + entero, perdiéndose la "e" inicial.

Podría haber explicado un chiste sin necesidad de tanta nota aclaratoria, pero creo que este procedimiento de meticulosidad, finura y talento, definían algunas de sus características personales. Por cierto que el carro  que le robaron a Manolo Escobar sigue sin aparecer, como todo lo que "desaparece" en España.

Ramón Meseguer (Cont.)

En dicha entrevista expresa, por boca de Manuel Torres, que todo lo que tiene sonidos negros, tiene duende.
También Ramón tenía sus sonidos negros como cualquier persona. Si le prestabas un libro, casi podías despedirte de él, y no porque se los apropiase, sino que le costaba un gran esfuerzo deslindarlo de su inmensa biblioteca.
Los árboles demasiado grandes y frondosos apenas dejan filtrar la luz del sol, las criaturas bajo su custodia viven a la sombra y, entonces, es difícil ser padre y también ser hijo.
Al final de la entrevista, J. Félix le pregunta: ¿las cosas se las quitan a uno o uno deja que se las quiten? (al hilo de que los andaluces aún no habían descabezado a sus dictadores más íntimos)
"Cuando se tiene más miedo a la revolución íntima que a la propia muerte, te quitan todas las cosas", repuso.

Pionero en la psicoterapia de grupo con técnica psicoanalítica, fue a su vez un gran conocedor y divulgador de la Escuela Psicosomática de Paris (IPSO), de la obra de Wilfred R. Bion y de Donald Meltzer, otros dos grandes "monstruos" de la psicología del S.XXI

Tomando prestado un concepto meltzeriano, podríamos afirmar con total seguridad, que su presencia entre nosotros representó un gran "impacto estético", y que su falta, su ausencia, ha dejado una silla vacía en nuestros corazones y un lugar irremplazable en la A.E.H.P (Asociación Europea de Historia del Psicoanálisis),  con sede en Barcelona, donde gustosamente tenía concedido el estatus de miembro honorífico.

Dos días antes de los Sanfermines te llamaron del otro lado, con lo que te gustaban a ti los toros. Permite que nos despidamos , como tu solías hacerlo de nosotros, tras aquellas inolvidables reuniones científicas,
donde tantas cosas nos enseñabas:
"Hasta la próxima amigo ,y si no nos volvemos a ver, que sea por tu culpa" (pronunciado con un ligero acento maño, tan entrañable para Ramón)